jueves, 6 de febrero de 2014

QUÉ HACEMOS PARA PARAR LA CONTAMINACION AMBIENTAL DE ABANCAY


 
¿Cuántos taxis tiene Abancay? Algunos dicen que hasta dos mil si contamos con los particulares que se “cachuelean” con este oficio aproximadamente existen un 1,800 taxis. Ahora bien, veamos la magnitud de este problema: Si un Toyota Yaris mide 4.30 metros de largo, y tomando en cuenta que están circulando algunas unidades más pequeñas, pero sin descontar que existen algunas más largas, podemos decir que los taxis abanquinos tienen en promedio 4.00 metros de largo, y si a estas  1,800 unidades que circulan por nuestras calles, los estacionamos uno seguido de otro a unos 50 centímetros de distancia, estos podrían hacer una fila de casi ocho kilómetros, lo que significa que si lo enfilamos podrían ocupar las cinco principales calles de Abancay: Av. Lima, Jr. Arequipa, Av. Díaz Bárcenas, Jr. Apurímac y la Av. Núñez hasta Tamburco, Jr. Huancavelica, Jr. Junín, Jr. Cuzco y Jr. Arica y más.
Es decir que estos señores con su trabajo y para su provecho, junto con los maltrechos y obsoletos combis, usan casi todas las calles de la ciudad durante todo el día, y digo calles porque para que una avenida sea llamada avenida, debe tener, sin contar con las veredas, un ancho mínimo de 20 metros, una calle 12 metros y un jirón 8 metros. Bueno en medio de estos recovecos que orgullosamente llamamos nuestras calles, los taxistas hacen “su agosto”, dejando a su paso solo ruido y polución, a más de destruir nuestro medio ambiente y dañar nuestra salud, y porque además de ser demasiados y caros (S/. 2.50 por cuatro o cinco cuadras), la mayoría de estas unidades son de segunda mano, sin revisión técnica y al borde del colapso.

Lo peor es que existen muchas personas que con un poco de esfuerzo económico compran una o dos unidades para trabajarlas como taxis, que luego alquilan a los “taxistas” a razón de S/. 30.00 diarios, lo que al mes les reporta una utilidad de S/. 900.00 y S/. 10,800 al año, y por usar las calles de la ciudad, que son un “bien público” que deben estar al servicio de la ciudadanía toda, tan solamente pagan S/. 72.00 al año.
Sobre la conceptualización jurídica de “bien público”, Andrés Bello decía: “Si además su uso pertenece a todos los habitantes de la nación, como el de las calles, plazas, puentes y caminos, el mar adyacente y sus playas, se llaman bienes nacionales de uso público o bienes públicos”. En esa definición Bello utiliza dos criterios: 01) La propiedad es estatal; y 02) El usufructo (derecho de usarlo y disfrutar de sus frutos)  es general a todos los habitantes.
El concepto económico de “bien público” nos lo ofrece Elinor Ostrom: “Un bien que está disponible a todos y del cual el uso por una persona no substrae del uso por otros”. Pero en Abancay, los verdaderos dueños de las calles son los taxistas y los otros huachafitos (tas) que con plata generalmente venida de la corrupción, creen que para ser “pitucasos”  hay tener carro y atropellar al peatón. De esta plaga de salvajes el vecindario debe cuidarse, porque si no logran  atropellarte, te carajean y putean a su gusto, delante de cualquier tombito, que a punta de las coimas que reciben de estos energúmenos, se han convertido en su socio.
Si la municipalidad fuera conducida por personas que desean el interés general al particular, no permitirían tan alegremente este negocio, y si además haciendo uso de la facultad que la ley le otorga, dejando de lado el negociado de las licencias casi gratuitas y harto coimeras, dejarían de pagar la irrisoria suma de S/. 72.00 al año, es decir: ¡Los taxistas pagan menos de S/. 0.20 por usar nuestras calles las veinticuatro horas del día! Nuestras calles que son el patrimonio de todos los ciudadanos, sin embargo las pobres habaceras eventuales de los mercados pagan por el espacio que ocupan por unas horas en los mercados o sus inmediaciones S/. 0.50, y todos sabemos que con las miserables ventas que hacen mantienen a sus familias.
Si supiéramos administrar nuestra ciudad y les cobráramos  a los taxistas tan solamente S/. 10.00 por cada día en que dicen que van a trabajar, es decir lo que pagan cuatro pasajeros, la ciudad ganaría la suma de  S/. 18,000 diarios que en un mes ascendería a S/. 540,000 y en un año nos daría la bonita suma de  S/. 197’100,000, y que por diferentes circunstancias (Reparación de unidades, descanso de los choferes, coimas a los empleados de la municipalidad, a la policía, etc.) se recaudará tan solo la mitad, es decir S/. 98’550.000 con estos dineros tranquilamente se podría iniciar un programa de veredas, reparación de las destruidas pistas que su accionar ocasiona, reforestación del cerro Quisapata para crear un pulmón a la contaminada ciudad de Abancay y otros asuntos que corresponden al ornato de las propias calles y su tránsito.
De otra parte, como sabremos qué taxistas, en qué vehículos (Marca, color y Placa de Rodaje) están trabajando en el día, podremos cuidarnos de su delictiva costumbre de quedarse con los equipajes, celulares y otros enseres que a los pasajeros se les cae o se olvidan en sus unidades. Especialmente los celulares que muy cínicamente siguen usando como si fueran suyos o que van a parar al mercado negro que para ellos han creado sujetos de mal vivir.

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