viernes, 2 de mayo de 2014

EXISTE UNA VISION DE APURIMAC


           
         Todos conocemos que es de mucha  importancia construir visiones de futuro como un insumo vital para elaborar estrategias de desarrollo y un diseño de políticas de gobierno regional que correspondan al interés, las esperanzas, exigencias y hasta las ambiciones de todos los apurimeños. Es decir, lo que  en todas las sociedades viene a llamarse: “El bien común”.
            Esta visión de futuro se construye sobre las bases de nuestras raíces históricas, que en suma es la sabia de la que se nutre nuestras aspiraciones, y lo que todos juntos deseamos del porvenir, es decir: nuestra Utopía; aquel lugar que no existe, pero que en estos tiempos se puede construir  por medio  de instrumentos racionales y tecnológicos que  nos permitan conjugar la libertad de la imaginación con la disciplina de la razón, para que el futuro deseado se torne en una meta posible.
            Las únicas visiones que tenemos de Apurímac, son las monsergas escritas probablemente con buena intensión en los documentos oficiales, que con mucho gasto y poco seso, se construyen dentro de la burocracia regional, donde se plasman una serie casi inacabable de alucinadas propuestas; los que luego por el solo afán de imprimir un nuevo documento, la gestión posterior, lo modifica a veces tan solamente cambiándole de fecha. Así tenemos la visión que nos ofrece el “Plan de Desarrollo Regional Concertado al 2021”
“Visión
Apurímac al 2021 es una región integrada y descentralizada con una sola identidad regional andina y moderna surgida del diálogo intercultural de sus pueblos, quiénes han alcanzado unidad para construir su desarrollo basado en una economía competitiva desde su producción agroecológica, pecuaria, de sus potencialidades turísticas y el uso responsable de sus recursos naturales, en una sociedad con paz y buen gobierno, justa y solidaria, que promueve el desarrollo humano sostenible”   
Estas prédicas parecen salidas de una  inspiración poética. "Identidad regional andina", diálogo intercultural", recién el  2021 se podrá "construir el desarrollo", "paz y buen gobierno" pero sin liquidar la corrupción, etc.
Cuando en verdad lo que necesitamos es desarrollar todos los temas del quehacer apurimeño, enfocados desde una visión crítica de la historia nacional y dentro de parámetros científicos, políticos, sociales y económicos con la finalidad de hallar nuevos criterios para formar nuestra identidad histórica desde una visión retrospectiva valorativa de los grandes sucesos que formaron la sociedad apurimeña. A partir de esta nueva propuesta recién podremos trazarnos las acciones necesarias para construir una real visión de futuro, bajo estos objetivos generales:
a)      Analizar el proceso del desarrollo histórico de Apurímac en temas de contenido socio-económico.
b)      Identificar los momentos históricos de las transformaciones estructurales que afectaron a la región y su significación en el contexto político.
c)      Relacionar el desarrollo regional con el desarrollo nacional y los ejes de dicho proceso.
d)     Proponernos diferenciar cultural e ideológicamente cada época (colonia, republica, creación y existencia legal del departamento de Apurímac, la Reforma Agraria, la violencia político social de los años 80', el proceso de descentralización y regionalización, la irrupción del capital extranjero en la gran minería)
Y esto pasa por hacer un trabajo serio en la recopilación de la documentación –que si existe- para por fin tener:
  1. Una visión panorámica de la historia pre hispánica;
  2. Un estudio de la dependencia colonial y su herencia;
  3. Comprender la participación de la región en la independencia nacional y en la formación de la conciencia nacional.
  4. Conocer el impacto de las frustraciones nacionales de la república en la economía y en la conciencia regional.
Y por ello necesitamos asomarnos a sondear nuestra historia apurimeña desde el periodo pre inca, los incas y su aporte cultural, moral y tecnológico, así como el manejo de su economía social y humana.
También necesitamos aprender y comprender al Virreinato del Perú y sus consecuencias mentales y sociales; todo el proceso de colonización estructural dentro de la región y su herencia. La contribución de Apurímac en las luchas por la emancipación y la formación de la conciencia nacional. Su desarrollo ideológico, político, económico y social.
Y más contemporáneamente necesitamos conocer esta nueva república y sus actores. La  ingobernabilidad regional y sus consecuencias. Las manifestaciones neocoloniales y las luchas políticas e ideológicas en torno a los procesos de descentralización y regionalización y otros tantos temas que muy seriamente deben importarnos mucho para por fin tener, aunque se aproximadamente, una visión histórica de nuestra tierra.
Solo de este modo podríamos acceder a un  análisis crítico de nuestra historia y solo así podríamos manejar una herramienta que podría aportarnos una visión globalizada dentro de la problemática nacional y que nos generaría la formación de una conciencia de responsabilidad ciudadana  para que nuestro aporte personal, laboral y profesional sea un instrumento más efectivo para el mejoramiento de la inversión pública y los recursos que llegarán por el Canon Minero y las Regalías Mineras. En caso contrario solo tendríamos la torpe visión de unos cuantos “iluminados” burócratas que como ciegos lazarillos, nos seguirían conduciendo hasta los precipicios de  sus abotagadas mentes

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