viernes, 18 de julio de 2014

MEJOR QUE LA LOTERIA

 

           Lo que hemos sabido hasta la fecha es que existen más de 3,360 voluntarios para servir a los 80 distritos de Apurímac, unos pocos desde las alcaldías y los más, desde las regidurías.
            También, si tomamos en cuenta la Resolución N° 269-2014-JNE, del 1º de abril del 2014, que fija el número de regidores que corresponden a cada concejo municipal, existen más de 528 voluntarios para cubrir las alcaldías y regidurías de las municipalidades provinciales de Apurímac.
            Y finalmente tenemos 160 voluntarios para alcanzar los puestos de Presidente, Vicepresidente y las siete Consejerías del Gobierno Regional de Apurímac.
              En total tendríamos más de 4,050 candidatos en estas elecciones regionales y municipales, dispuestos a servir a la Región Apurímac, desde el más humilde cargo de regidor del distrito más empobrecido hasta la Presidencia Regional, e incluso estar a la “espera” como accesitario con la esperanza de poder servir a la santa tierra desde una Consejería Regional, si el titular muere o es encarcelado.
            ¿Por qué se presenta este fenómeno súper político e híper democrático? Para tener una pequeña respuesta, hagamos un pequeño ejercicio mental para situarnos en dos escenarios.
 
PRIMER ESCENARIO
            Para ser un hombre de bien, amante de tu familia, tu Dios y tu patria, sin necesidad de recurrir al Estado para acceder a tu fuente de trabajo y de sustento, con profesión o sin ella, deberás convertirte en un empresario. "Persona que posee o dirige una industria, negocio o empresa".
Para empezar cualquier tipo de actividad empresarial, supongamos una panadería, en primer lugar deberás tener algún tipo de experiencia en la industria, además de contar mínimamente con un local, haber acumulado un pequeño capital para la adquisición de la maquinaria, el horno, los insumos para la fabricación de los panes, contar con el apoyo incondicional de toda tu familia en un principio y más adelante, poco a poco, con el concurso de algunos trabajadores. Pero sobre todo trabajar de sol a sol sin pagarte ni un solo céntimo de sueldo y sin conocer lo que es las vacaciones, porque primero hay que pagar y rendir pleitesía a los cuatro jinetes del apocalipsis: Municipalidad, EsSalud, SUNAT y Trabajo, sin dejar de contar con  las inspecciones de los otros sectores y la fiscalía que para la gente honrada, sí existe; y luego de este martirio, hacer todos los gastos que requiera el negocio para seguir sobreviviendo.     
            Con el tiempo, unos quince o veinte años, puedes tener una pequeña oficinita con su computadora, teléfono y una secretaría que te apoye en llevar los papeles, pero aun no podrás pagarte un sueldo que recompense tu esfuerzo, aun cuando tengas en la puerta de tu negocio un carrito, más para trabajar que para disfrutar de la vida. 
Incluso a pesar de todos tus esfuerzos casi inhumanos, si un día de esos malditos que nunca dejan de existir, por un mal cálculo “metes la pata”, o entran a tu negocio unos ladrones y se llevan tus dineros, o se quema tu local,  todos tus sacrificios y sudores se van al diablo y solo te quedarán las deudas, las amarguras y luego de eso todas las desgracias que acarrea la bancarrota y la miseria. 
SEGUNDO ESCENARIO
            El único atributo que debes tener para situarte en este escenario, es creerte un monosabio, un salva patrias, un mesías, un marcado por las estrellas, en buena cuenta tener una personalidad narcisista.[1] Entonces no tienes más que esperar las épocas electorales y lanzarte a un cargo político de elección, sea cual fuere, así se empieza.
Invertir en la campaña electoral, la cantidad no solo depende de tus bolsillos sino de tu ambición, si el cargo es más alto, más te costará llegar a la meta, si es más pequeño, dos o tres ganados más el concurso de tus familiares y amigos.
Eso es todo y nada más, y de la noche a la mañana, escogido entre más de 4,050 ciudadanos, llegarás al lugar soñado. No has invertido gran cosa, no has trabajado día y noche sin sueldo, sin  vacaciones, ni has usado la mano de obra de toda tu familia para lograr tu “pan nuestro de cada día”, ni mucho menos tendrás encima a la SUNAT y los otros jinetes más.
Todo lo contrario:
-          Primero, lo primero: podrás recuperar tus gastos de la campaña electoral.
-         Te esperará una hermosa oficina ampulosamente amoblada con todos los aparatos sofisticados de la tecnología moderna.
-          Tendrás una Secretaria, pero si  está viejecita, la cambias por cuadro chibolas mandadas.
-         Tendrás derecho a un jugoso sueldo, vacaciones pagadas, chofer y carro de lujo, viajes en avión a cualquier parte del Perú y del mundo completamente gratis;
-         Tendrás un montón de empleados que paga el Estado y que están entrenados cada uno en lo que tienen que hacer, y si se portan mal los puedes suspender o destituir conforme a ley.
-         Podrás dar fabulosos empleos como funcionarios de confianza o administradores de los grandes proyectos a tus familiares, a tus amigos del partido y a quién te dé la gana, con tal que sepa agacharse hasta el punto donde se pierde la dignidad humana.
-         Tendrás un “chupo” de periodistas pagados por el Estado que publicarán solo flores de tu persona.
-          Podrás “regalar” cositas caras con la plata de todos los apurimeños a los pobres del campo y la ciudad y por supuesto: “quien parte y reparte se queda con la mayor parte”
-         Podrás recibir la rica “merme” que desde hace tiempo saben acotar los proveedores, la licitación de las obras, las empresas mineras, y las otras vainas más que te harán un hombre rico, sin importar que por todas estas cochinadas  nos hayamos convertido en uno de los países más corruptos del mundo.
Y lo mejor de lo mejor: el día en que asalten, se queme o se vaya en bancarrota  la municipalidad  o el Gobierno Regional por tu mala gestión, tú no te irás a la quiebra, sino el pueblo entero, mientras tanto seguirás meciéndote en la dulce cuna del poder, donde tu bellaco narcisismo seguirá regodeándose a sus anchas, y cuando te llegue la hora de entregar la mamadera, volverás a candidatear por todo el tiempo que te quede de vida.
Pero alguien dirá:
-¡Yo quiero ser regidor de un pueblecito miserable donde no existen oficinas, ni nada de nada! -A ese  sabremos responderle al unísono:
-¡Ya, ya, no te hagas el vivo! Con el canon y las regalías mineras habrá de todo, solo para ustedes. -Y si sigue insistiendo en que a pesar de todo seguirá siendo pobre, le responderemos:
-Así se empieza pues sonso, sino mira cómo han empezado todos los que ahora juegan en las ligas mayores”   
Y si a pesar de todo, alguien preguntara:
-¿Entonces quién pues podrá ser el candidato ideal?, y la respuesta más sencilla será:
- El apurimeño que haya resuelto honestamente su problema con la pobreza, que haya conducido una buena empresa que da trabajo a muchos paisanos y que por sí sola puede seguir siendo exitosa, y sobretodo que jamás haya vivido de la política; o, el coterráneo que por sus grandes dotes intelectuales y su sabiduría se encuentra en condiciones de llevarnos por los mejores caminos, -pero a pesar de eso, inmediatamente nos retrucarán:
-¿Pero esa clase de personas no existen en Apurímac? -Entonces no tendremos más remedio que responderle:
-¡Claro¡, si existiera todos iríamos a su casa a rogarle para que sea nuestro candidato, pero como no hay ni uno solo, ahora hay más 4,050 candidatos que para salir de la miseria o aumentar su mal habida riqueza, están dispuestos a pelearse a muerte por el cargo al que aspiran, aunque no faltaran los que esperan que la lotería electoral, les obsequie algo de su fortuna.
-¿O sea los que fueron, ya fueron?
-¡Recontra! Y los que perdieron, también.  
Hay de todas las categorías



[1] •Aprovecharte de otros para lograr tus propias metas. •Tener sentimientos excesivos de egocentrismo •Exagerar tus logros y talentos •Estar preocupado con fantasías de éxito, poder, belleza, inteligencia o amor ideal. •Tener expectativas irracionales de tratamiento favorable. •Requerir atención y admiración constantes. •Desdeñar los sentimientos de los otros y tener poca capacidad para sentir empatía. •Tener un interés obsesivo en ti mismo. •Perseguir principalmente tus metas egoístas.• Reaccionar a la crítica con sentimientos de rabia, vergüenza y humillación.
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario