Según el artículo 16º de la Ley Nº
27867, Ley Orgánica de Gobiernos Regionales, los Consejeros Regionales tienen
los siguientes derechos y obligaciones: “a. Proponer normas y acuerdos regionales; b. Fiscalizar los actos de
los órganos de dirección y administración del Gobierno Regional u otros de
interés general; c. Integrar las comisiones ordinarias, investigadoras o
especiales; d. Asistir a las sesiones
del Consejo Regional y Comisiones correspondientes con derecho a voz y voto;
y, e. Las demás que le sean asignados
por Ley o por el Consejo Regional”.
Pero en los doce últimos años, qué han
hecho los Consejeros Regionales elegidos dentro de los mandatos de Luis Barra,
David Salazar y Elías Segovia, con arreglo a lo señalado por este artículo 16º,
que justifique el hecho de haber tenido el honor de estar situado en tan
prominentes cargos por mandato del pueblo de las provincias que representan o,
por lo menos que justifique los más de 2 millones de soles en dietas, viáticos,
etc., que el Estado Peruano ha gastado en estos 21 inútiles que además, en
muchos casos, seguían trabajando para el mismo Estado.
Para conocer su utilidad remunerada,
veamos que han hecho con arreglo a ley:
1.a. Proponer normas y acuerdos
regionales; que se sepa no han propuesto
ninguna norma regional que beneficie directamente al pueblo y menos aun a sus
propios electores, pues se han limitado a aprobar algunos documentos de gestión
del aparato burocrático del Gobierno Regional como Reglamentos de Organización
y Funciones – ROFs, algunos Textos Únicos de Procedimientos Administrativos –
TUPAS, Cuadro de Asignación de Personal – CAPs., aprobación del Presupuesto
Institucional de Apertura – PIA y de algún que otro documento sobre planes de
desarrollo de los Sectores y otras huachaferías intrascendentes como eso de
rendir homenajes, mandar saludos, declarar fiestas patronales, que de cajón
deben aprobarse, y que en su mayor parte han sido plagiados por las oficinas de
planificación de las diferentes dependencias del Gobierno Regional de otros
documentos similares que se publican en el Internet, los que son aprobados de buenas a primeras sin siquiera
darse el trabajo de leerlos y debatirlos, aunque este ejercicio también
resultaría inútil, porque jamás llegarían a entender de que se trata toda esa
papeluchería, mucho menos podrían darse por enterados que por medio de alguno de esos documentos, se está montando un artificio “legal” para
que muchos actos de corrupción y hasta delitos, se disfracen de legales como es
el caso de la Ordenanza Regional que subrepticiamente creó el FORPRAP, vía
malversación de fondos, y que por ser un
hecho delictivo, ni siquiera lo han
“colgado” en su Web.
2. b. Fiscalizar los actos de los
órganos de dirección y administración del Gobierno Regional u otros de interés
general; un síntoma de que no han hecho
nada de nada, es que dentro de la administración regional han surgido
cacicazgos y mafias que trafican con las adquisiciones y contrataciones de
bienes y servicios, como la de PROCOMPITE, la instalada en todas las Gerencias
Regionales, la que montó y controló el
puneño que estuvo a cargo de la Dirección Regional Agraria de Apurímac y
las muchísimas que se denuncian documentariamente por los medios de
comunicación. Si solo hubieran aprobado un dispositivo regional que obligue a
todos los funcionarios a contratar personal previo concurso de méritos, muchos
talentosos jóvenes apurimeños estarían con empleo y sirviendo mejor a la
región, pero la cosa no va por ahí,
porque como tienen la sartén por el mango, solo se debe contratar a las
personas que ordena el Presidente, los Gerentes Regionales y los Consejeros
Regionales.
A propósito de esto: ¿Quién controla a
los Consejeros? Nadie. ¿Tienen la obligación de presentar los resultados de su quehacer? No. ¿Tienen
capacidad jurídica para presentar denuncias ante el Ministerio Público contra
el Presidente Regional, el Vicepresidente, los Gerentes Regionales y los
Directores Regionales Sectoriales? Sí, pero como no es parte de sus
obligaciones no lo hacen porque no quieren tener como enemigos a los peligrosos
mafiosos que controlan la cosa pública. Además no vale la pena hacerse
gratuitamente "la mala sangre", si están compartiendo con ellos todo
lo que están saqueando, que en muchos casos triplica la miserable dietita que
se percibe.
“Un botón basta de muestra”, dice el adagio popular. No satisfecha con lo que
gana por hacer nada, echando por la borda la confianza que le otorgó un
pueblo abandonado y sumido en la
extrema pobreza, una provincia donde
la población campesina no tiene futuro
porque se lo han quitado las grandes empresas mineras y los mineros informales
e ilegales, la Consejera por Antabamba, Rusby Zela se ha conseguido un
trabajito por la modalidad de CAS en la Oficina Descentralizada de Defensa
Civil, a la que tendrá que dedicarse a tiempo completo; pero ni tonta ni
perezosa, pues se dará su tiempito para asistir a las inútiles sesiones del
Consejo Regional para seguir ganando su jugosa dieta. Eso si es comer a dos cachetes, y para decir que su labor de
Consejera no vale para nada, señaló a un medio local impreso: “En cuanto a su rol de fiscalización del
Gobierno Regional de Apurímac, Zela Anamaría, dijo que no bajará la guardia,
aunque muchas veces sus denuncias e investigaciones han caído en saco roto,
porque el ejecutivo no implementó debidamente las observaciones y recomendaciones dadas por el Consejo”. O sea que se ha cansado de pelear con las mafias
instaladas en el gobierno regional dentro del juego que ellos mismos han inventado junto con todos sus compinches
consejeros; pero jamás, dentro de sus
facultades legales ha formulado denuncias penales en contra de todos estos
facinerosos, cuando estas investigaciones le han señalado que se trataba de la
comisión de flagrantes delitos, y ella
misma cometiendo el delito de omisión de denuncia tipificado por el artículo
407º del Código Penal, se ha callado en mil idiomas. Tampoco ha hecho un
informe público que gratuitamente puede publicarse en la Web, donde señale detalladamente
que fue eso que dice que Elías Segovia Ruiz y las mafias están obstruyendo. La
verdad de los hechos es que esta fulanita se ha comportado igual que todos los
otros 21 ociosos que han ganado dineros de todos los peruanos con el cuento de
ser Consejeros Regionales, aunque ésta
un poco más atrevida, nos quiera hacer creer que sirvió para algo que en
definitiva no sirvió. Este hecho confirma que los Consejeros Regionales no
sirven para nada, porque ellos mismos pueden prescindir de este adefesioso
quehacer, pero sin renunciar a la rentabilidad y los privilegios sociales de
este inútil cargo.
3. c. Integrar las comisiones
ordinarias, investigadoras o especiales;
que se sepa hasta la fecha no se ha instalado ni funcionado ninguna comisión
investigadora de la actual gestión, pese a que es vox populi, los actos de
corrupción que se producen en
PROCOMPITE, la Dirección Agraria de Apurímac, los gastos que hizo Elías Segovia
Ruiz para procurar que una empresa privada se haga con la concesión del teleférico
a Choquequirao, -o es que la empresa ganadora le ha pagado todas las movidas
que tuvo que hacer para que las cosas salgan a su favor.- En fin, todo lo que
está sucediendo a la vista de todos los apurimeños en otros organismos y que
conocen perfectamente los actuales sordos-ciegos-mudos Consejeros.
Si se han instalado dos o tres
Comisiones Investigadoras, no se conoce en absoluto su quehacer, ni los
resultados de sus pesquisas, ni mucho menos las sanciones judiciales y
administrativas que hayan podido recaer sobre los hallados responsables. O es
que todos los investigados están limpios de polvo y paja, o es que las
comisiones son muy “buenitas”. En esta materia, lo cierto es que si a estos
inútiles le damos el trabajo de cuidar tortugas, se les escapan.
4. d. Asistir a las sesiones del
Consejo Regional y Comisiones correspondientes con derecho a voz y voto; solo eso hacen por temor a la vacancia, y solo por
eso ganan.
5. e. Las demás que le sean
asignados por Ley o por el Consejo Regional;
no se ha promulgado ninguna ley que amplíe las funciones de estos ociosos, ni
mucho menos dentro del Consejo Regional se han asignado ningún trabajo
especial, más que salirse de paseo a otros países.
Sumado a esto, está el hecho real que
a estos mentecatos para ganar puntualmente sus dietas solo les hace falta
asistir a la reuniones del Consejo Regional y dentro de las mismas, resulta
igual estarse callados o hablar hasta por los codos, aunque a veces el silencio
es más cómodo; dentro de las Comisiones Investigadoras les resulta igual
hacer o no hacer nada, porque no están
obligados a producir nada de nada y si a lo sumo producen alguito, no están
obligados a que ese arduo trabajo sea útil o inútil, sea bueno o malo o sea
racional o irracional. Porque, como ya tenemos dicho, finalmente solo se
limitarán a aprobar lo que la burocracia regional les tiene preparado de
antemano. ¡Qué buena chamba es
esa!
Por la lectura de la documentación que
genera el Consejo Regional se puede entrever que no tiene mayor importancia
para los fines del desarrollo de la Región, pues los documentos de gestión los
puede aprobar directamente la presidencia regional y no por eso carecerían de
valor legal, las comisiones investigadoras pueden ser asumidas por el organismo
técnico en materia contralora como la Oficina de Control Interno – OCI o el
área descentralizada de la Contraloría General de la República, o en caso de la
comisión de delitos por el Ministerio Público; ya que su capacidad legisladora
está jurídicamente castrada, y por eso en absoluto pueden impulsar desde su
ocioso quehacer la ejecución de una obra, un programa o un proyecto especial,
ni mucho menos pueden crear mecanismos que generen recursos que incrementen el
presupuesto regional como crear impuestos, todas estas importantes atribuciones
son funciones exclusivas y excluyentes del Congreso de la República, y si
existe un Consejo Regional, es solo para
que el aparato burocrático regional tenga el nombre de Gobierno y se perciba el
espejismo de la existencia de un poder ejecutivo y un poder legislativo que lo
gobierna y fiscaliza.
Entonces si esto es así, no sirven
para nada, pero si se dan el pisto de ser grandes personajes. Un poco más y te
hacen creer que son la sabia que nutre el desarrollo de la región. El alma pura
e invicta de Apurímac. Los que sustentan sobre sus hombros la prosperidad y la
felicidad de todos los apurimeños.
Debería crearse dentro de la sociedad
civil un mecanismo más eficaz para controlar el quehacer de todos nuestros
facinerosos políticos provinciales, venidos a funcionarios públicos.