miércoles, 19 de marzo de 2014

QUE GANA EL PUEBLO APURIMEÑO CON UN TELEFERICO A CHOQUEQUIRAO


Cuando al año de su pésima gestión Elías Segovia Ruiz y sus socios al frente del Gobierno Regional de Apurímac, se dieron cuenta que su errático quehacer había hecho agua, porque no cumplieron con lo que habían prometido en su demagógica campaña electoral; lejos de amararse los pantalones y cumplir con el anhelo de todos los pueblos apurimeños de ver el mejoramiento real de sus carreteras, de sus escuelas y sistema educativo, de sus servicios de salud y lograr que en la región exista empleo público y privado para los cientos de profesionales que arrojan a la calle las cuatro universidades y los numerosos centros de educación superior, se limitaron a colocar ventajosamente a sus familiares y allegados en los puestos de decisión del aparato administrativo de la Región, para hacer las cosas non sanctas que todos conocemos; se dieron con alma, vida y corazón a la quimera de construir un teleférico para Choquequirao desde Apurímac para atender un complejo arqueológico situado física y legalmente en el Cusco  y un aeropuerto en Socllaccasa  a casi 4,000 m.s.n.m. con una pista de 1,350 metros lineales.
Pese a que la verdad de los hechos es que un avión comercial de pasajeros, sea un Boeing 737 americano, un Yakovlev Yak-42 ruso, un Fokker F28 holandés o un Airbus A-300 europeo,  necesitan a esa altura de una pista de 4,500 metros, como es el caso del aeropuerto de Juliaca, situado a 3,850 m.s.n.m. que cuenta con una pista asfaltada de 4,200 metros de largo por 45 de ancho, Terminal de pasajeros de un piso con 1865.00 m2, Hall principal de 308.39 m2, seis Counters, 568,70 m2 de Zona de Embarque y una Torre de Control de siete pisos con 25 metros de altura. El resto son sonseras o “engaña muchachos”.
Pero ya nos vemos atravesando el rio Apurímac en el teleférico de nadie, ni de Cusco ni de Apurímac, porque va estar sobre un rio, cuyo cauce, riberas y fajas marginales es patrimonio de la nación, pero para qué le va a servir a Apurímac y a los apurimeños, ¡PARA NADA!. Y cómo es eso:
  1. Porque los únicos que podrán visitar Choquequirao por el teleférico de nadie, serán los turistas que cuenten con un paquete ofrecido por una de las empresas que operan en el Cusco, con conexiones en Lima, New York, Londres, Paris, Roma, Tokio, Pekín, Moscú, etc., más no en otro sitio, porque el Complejo Arqueológico está en la Jurisdicción del Cusco.
  2. Porque este paquete turístico incluirá el viaje: Cusco-Huanipaca-Cusco. Suponiendo que el viaje empiece a las 6.00 de la mañana, viajando con calma los visitantes arribarán a Kiuñalla (Huanipaca) a más tardar a las 9.00 de la mañana y a las nueve y media empezará su visita al Santuario, que por no ser una inmensa ciudadela como Machupicchu, sino un centro ceremonial inca, es pequeño.
Con todos los paseos, las fotos, el almuerzo que será ofrecido en las inmediaciones del lugar, máximo a las cuatro de la tarde acabará la visita. Luego los turistas pasarán por el teleférico de nadie  a este lado del río, verán de lejos el pueblecito serrano de Kiuñalla, montarán en sus cómodos Custers, a las seis de la tarde cruzando el puente de Cunyac dejarán Apurímac y a las ocho de la noche estarán cenando en el Cusco, pasarán una noche en el hotel o donde les dé la gana y al día siguiente alzarán vuelo a Lima o continuarán con su periplo inca en los otros atractivos turísticos cusqueños.
  1. Los apurimeños que tengan dinero comprarán el paquete de visita local que consistirá en el pago de ida y vuelta al complejo por el teleférico de nadie (Mínimo US$100.00), más al almuerzo obligatorio (lo tomas o lo dejas) y los derechos por escuchar las fabulas de un monosabio guía turista que sabe todo lo que nadie sabe.
Más tarde, luego de quedar sin un cobre, tomarán su combi de la muerte o su medio camión de pasajeros y acabarán mal humorados por unos días, aunque más tarde contarán su aventura y desventura por el teleférico de nadie que ayudó a montar un cacaseno Presidente Regional, para que por más de 20 años haga su multimillonaria ganancia una empresa transnacional previamente “desplumada” en Lima, y cuando ese armatoste quede obsoleto, pasará a dominio del Gobierno Regional de Cusco.
  1. Los comuneros de Kiuñalla verán a miles de gringos que no comen sus comiditas ni toman su chichita de jora, ni se alojan en sus casitas de barro porque ese alimento andino está prohibido ingerir en todas las guías turísticas del mundo por estar preparado, por las sucias manos de los indígenas de estas partes del tercer mundo, y dormir en sus casas sería para llenarse de todos los parásitos asesinos con que estos nativos andinos conviven desde hace miles de años.
Entonces quién ganará con este invento:
1.      Los dueños del teleférico;
2.      La Dirección de Cultura del Cusco;
3.      La Dirección Regional de Turismo del Cusco;
4.      El Gobierno Regional de Cusco;
5.      Los hoteles del Cusco;
6.      Las empresas turísticas del Cusco;
7.      Los transportistas del Cusco.
¿Y que ganará Apurímac?
1.      Toda la basura que dejen los turistas en Choquequirao, Kiuñalla, Huanipaca y Curahuasi. ¿Para qué se quedaría un turista en Abancay o en cualquier provincia de Apurímac?
2.      Todas las fotos que los turistas le harán a los comuneros de Kiuñalla, a sus mujeres y a sus hijos para dejar constancia que han estado en un pueblo de los descendientes de los incas, que felizmente son salvajes y por eso no necesitan nada;
3.      Toda la contaminación ambiental que dejarán los cientos de ómnibus, combis, autos y motos que llegarán hasta Kiuñalla que será tan solamente el paradero temporal de estos vehículos.

4.    Toda la contaminación que producirá la quema del petróleo que necesitaran los poderosos generadores de electricidad, la maquinaria y todo el infernal  ruido de las mismas,que debe mover el teleférico de nadie, que se instalara en Kiuñalla y no en la otra parte del río, porque ese es el lugar santo, inmaculado e intangible, en buena cuenta: ¡EL NEGOCIO!
Si según aparece del folder técnico del proyecto que se está licitando, el teleférico de nadie cuesta tan solamente 125 millones de nuevos soles, porqué Elías Segovia Ruíz en vez de devolver dineros al Tesoro Público cuatro veces superiores a esa suma, no hizo nada para que ese famoso teleférico sea construido con los dineros del Gobierno Regional de Apurímac y convertir esta obra en una inversión pública cuyas multimillonarias ganancias podrían servirnos para poner en valor todos los yacimientos arqueológicos quechuas, chancas, cotabambas, yanahuaras, omasayos y aymaraes, todos los templos coloniales y desarrollar el turismo regional que tanta falta nos hace o acaso piensa que los turistas a van venir a ver nuestras caras. ¿Cómo puede este señor, decir que porque trabajó con los dineros de todos los apurimeños, para que se construya este armatoste para beneficiar a su futuro propietario privado y a otra región: debemos reelegirlo.
Y por ultimo qué ganará Elías Segovia Ruíz:
El billetón que le regalará el dueño del teleférico, por haberle hecho el favor de perder su tiempo y los dineros del Gobierno Regional de Apurímac (viajes, viáticos, entrevistas televisivas, periódicos, propaganda, etc., etc.), que por más de 38 meses no salieron de sus bolsillos, hasta lograr que la muy agradecida empresa monte el multimillonario negocio del teleférico de nadie sobre el rio Apurímac.
Este chiste está igual que el juicio internacional que los apristas de Alan García, los oportunistas del Cholo Toledo y los enyucados izquierdistas de Ollanta Humala supuestamente le ganaron a los chilenos: ¡La pulpita para el Cusco y los huesos, la menudencia, la caca y el resto de la basura para Apurímac! Eso es todo y nada más.
¡Se siente, se siente: ¡Elías Presidente!       

3 comentarios:

  1. Efectivamente Cusco es uno de los destinos turísticos del Perú y del mundo, viven de ello y por lo tanto saldrán beneficiados del proyecto. Lo ideal para Apurímac sería un circuito turístico propio. Blog

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  2. Un proyecto de esa magnitud trae consigo desarrollo para zona, tanto beneficios económicos y sociales. El mismo Teleférico será un atractivo turístico el cual se materializaría con la afluencia de mayor cantidad de visitantes. No todos los turistas vienen con paquetes hechos, y para ellos si les importa la “Chichita” de los pobladores que lo preparan. No pueden especular los precios del servicio (US$100 ¿?), si serán paquetes completos vendidos por Cusco por agencias X. Todos esos detalles o parámetros son establecidos en el Contrato de Concesión (si lo ignoran). Creo que hay desconocimiento o no hay una mayor visión de desarrollo, y solo se agita por los temas políticos o coyunturales. Tener visión es ver no 2 a 5 años, es prever unos 20, 30 o más años adelante. Para tener conocimiento sobre proyectos diríjanse a la página web de PROINVERSION y analicen alguno, por un ejemplo es el Teleférico de Kuelap que es uno muy parecido al de Choquequirao y analicen el porqué la población de Tingo María desean la implementación de ese proyecto.

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  3. hayyyyyyy negligencia politica y hambre de poder economico. No es por el desarrollo de aqui 20 o 30 o 40 años... es ver prioridades que se reflejaran a los 20 o 30 o 40 años... Mi estimado Edu... hay otras prioridades antes que estas locuras y exigidas a la fuerza para tan solo reelegirce... que lamentablemente no llegara ni al 3% de votantes para Elias...

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